Una de las tradiciones más habituales que se cumplen cuando termina un año y comienza otro, es la de hacer resoluciones. Vale decir, pensar en las metas que uno espera cumplir en los meses que vienen.
Publicado el 11 de enero de 2017
Una de las tradiciones más habituales que se cumplen cuando termina un año y comienza otro, es la de hacer resoluciones. Vale decir, pensar en las metas que uno espera cumplir en los meses que vienen.
Como aquí nos preocupamos de las finanzas personales, queremos sugerir una resolución para 2017: hacer un presupuesto mensual.
¿De qué se trata? Pues de llevar un registro (manual o digital) en que se vayan anotando de manera constante los datos de lo que uno va recibiendo y lo que va gastando, con el fin de entender de qué manera se usa del dinero y así identificar y planificar en qué se gasta.
Gracias a esta prática será posible ver dónde se pueden recortar o dirigir los gastos, con el fin de satisfacer mejor tus necesidades. Pero también, se podrá conocer (y a veces descubrir) cuál es la capacidad de ahorro que uno tiene.
El primer paso para hacer un presupuesto es contar con una planilla en la que se anoten todos los ítems por los que uno recibe o gasta dinero. Para ellos se puede hacer un listado con papel y lápiz o bien, mediante una planilla de cálculo en el computador. Lo relevante es mantenerla actualizada, anotando diariamente (lo más fácil) o bien una vez a la semana. Lo que importa es que sea metódico, para no olvidar nada, ya que de eso depende que esta actividad sea efectiva y dé los frutos que promete.
El segundo paso es determinar cuáles son los ingresos. Para ello, se deben registrar todas las fuentes desde la que se obtienen entradas de dinero durante un período. Se deben separar los ingresos constantes en el tiempo, como el sueldo, el arriendo de una propiedad, etc. de aquellos que no lo son, como por ejemplo, un bono entregado en el trabajo, la venta de algún bien, una herencia, un trabajo extra, etc. La diferencia es que mientras uno es constante y llegará cada mes, los demás sólo ocurren de manera excepcional.
El tercer paso, es anotar en qué se va gastando el dinero. Para eso, hay que anotar línea a línea lo que vayas gastando durante el mes: arriendo o dividendo, servicios básicos (luz, agua, gas, etc.), comida, traslados. También anota los "extras" que ocuren de vez en cuando, ya que de ellos depende, muchas veces, el equilibrio de la economía personal. Por último, no deje fuera de la lista los gastos financieros si es que existen, vale decir, los pagos de deudas por créditos, líneas de crédito, etc.
El último paso es el análisis de los resultados. ¿En qué consiste? En hacer los números (sumas y restas) a fin de mes para entender en qué se gasta el dinero, ya que muchas veces habrá sorpresas con el resultado. Gracias a eso será posible ver cuáles son las áreas con más gastos, las diferencias que hay entre un mes y otro y dónde están los temas que podrían ser resueltos de otra manera. Adicionalmente, será posible ver cuánto se puede ahorrar mensualmente; cuándo es posible hacer gastos extras y cuándo deberían evitarse.
No está de más anotar que dentro de este sitio contamos con algunas herramientas que pueden ayudar en el tema de la economía personal. Son las que permiten calcular y simular operaciones que podrían ser útiles cuando uno ya tiene clara la situación y quiere "tirar líneas" a futuro.
Entre ellas, destacamos las siguientes:
Por último, una de las claves de hacer resoluciones efectivas es recibir un premio cuando uno las cumple. Así que lo mejor es partir en enero con una meta concreta para fin de año: por ejemplo, un buen regalo para Navidad. Lo interesante es que si lleva su presupuesto mensual, sabrá exactamente cómo financiarlo. Así que a anotar ingresos y gastos en el presupuesto, y, desde ya, les deseamos a todos nuestros lectores un gran año.